sábado, 7 de febrero de 2009

Realidades aparentes...


La Realidad, esa bailarina exótica que no nos permite fijar demasiado la mirada pues al instante se sacude y cambia, esa voluta de humo que parece no significar nada y sin embargo tiene su vuelta y su contravuelta, ese reflejo microscópico que se nos escapa de tanto buscar la grandeza de lo que no tiene importancia, la realidad, un aparente continuo de todo que sin embargo es una interminable diversidad de millones de otras cosas…
Algo que nos puede maravillar, nos puede devastar, confundir o, incluso, puede ser totalmente ignorada…
Cuantos creen vivir una realidad y un mundo que alguna vez descubren totalmente diferente y más grande y sorprendente…
Creemos que vivimos en una realidad, la que nuestros sentidos creen que delatan y sin embargo el mundo de las percepciones es infinitamente cambiante, tan profundo o superficial como queramos profundizar o simplemente ir de paso...
Sentimos, pensamos, decimos hacemos y sostenemos tantas cosas o tan pocas, tan coherentes o inconexas, nuestra realidad es tan plástica que todo lo soporta, todo giro, toda desintegración, en la misma realidad que soporta a los lamas, son soportados los sueños adolescentes, y tal vez los sueños sean más reales que la realidad misma o la realidad más insustancial que lo que creemos de los sueños…
Esta realidad que todos compartimos y que curiosamente es diferente para cada uno de nosotros, e inclusive para nosotros mismos en cada uno de nuestros latidos… si hay suerte…
Una realidad que aceptamos y damos por hecho hasta que alguna vez algo nos hace darnos cuenta que si prestamos atención, nada es como pensamos ni sabemos, que nada en este retazo de universo es sólo una cosa, que nada está quieto, que todo cambia si lo dejamos de ver siempre con la misma mirada, desde la misma perspectiva, con el mismo costumbrismo que la cultura nos fue marcando y machacando hasta abollar nuestra sensibilidad… o tal vez nunca nos caiga la ficha…
Esta realidad que es una y no es única, que justo cuando creemos haberla atrapado, dá un giro y con la gracilidad o la rudeza que sepamos asimilar, se convierte nuevamente en otra cosa, como una bailarina exótica que danza una melodía con infinitas notas…

Las calles vacías, los caminos vacíos o casi...

Las calles vacías o los caminos vacíos, o casi, tienen algo de mala prensa, uno sólo parece percatarse de las ausencias y las lejanías, sin embargo, también tienen su encanto y su magia, cuentan con esa intimidad silenciosa del autotestimonio, con la imaginería creativa en un ¿dónde y que estará haciendo el resto de la gente?, llorará en un rincón su soledad?, amará lentamente sobre la alfombra?, discutirá acaloradamente las mil y una equivocaciones del mundo, de la familia, del otro?, reflexionará quedamente sobre sus propias decisiones?, sumará dividendos o restará pérdidas?, qué hacés vos leyendo esto?, donde estás?, donde no estás no haciendo que cosas?, aquí y ahora?... yo estoy en este preciso momento queriendo llegar a otros, de algún modo, por algún camino, a través de alguna calle vacía, o casi, pero en cuanto te dés cuenta de esto, si es que te darás cuenta, estaré haciendo otra cosa, o la misma cosa en otra forma, o por otro camino… las calles vacías o los ccaminos vacíos, o casi, tienen para mí un cierto encanto, claro, no es la previa, ni la risa compartida, no es el café, ni el pool, no es la cama, ni la tele, no es su mirada en mi mirada, es simplemente mi mirada en otra forma de mirar… como un aroma preferido que se puso, tal vez, un poco rancio, las calles vacías o los caminos vacíos, o casi, son un poco parecidos en todas partes del mundo, comparten las mismas ausencias y los mismos misterios… o casi...

jueves, 5 de febrero de 2009

Respuesta a una lágrima invisible y solitaria...


Si la lágrima es inevitable, quisiera poder tomarla para que no se pierda, para que no se confunda en el sin sentido de la ruinas de allí abajo, sabés? de esas lágrimas están hechos los mares tempestuosos... aquellos que contemplo desde los acantilados...
te prometo entonces, que mientras las gaitas suenen a lo lejos en las tierras altas... la dejaré suavemente en una cuna fervorosa que la honre y diré una oración por tí, mi niña... para que la luna te recuerde...
Latir el mundo o soñarlo es tan diferente ?

A veces pienso que sí
, otras ...
El destino quiso, o tal vez no tuvo otra salida para que el universo siguiera siendo, que una vez cruzaras por aquí, justo a mi paso...
o tal vez simplemente pasó así porque no me servía pensar que todo era producto de mi imaginación...
de todos modos, todo laberinto tiene, al menos, una salida, caso contrario estarían habitados, al menos, por un cadáver sin excepción... aunque no estoy seguro de que la historia de la humanidad toda no sea sólo el pensamiento postrero, el último hálito de imaginación del único cadáver atrapado en el único laberinto de la creación... quien puede saberlo?, que más dá?...
Latir el mundo o soñarlo, es tan diferente?, es diferente que seas una autómata de las altas matemáticas de algún arquitecto desafectado de toda duda o la vida misma negándose a no ser, a dejar de existir?
Que tanta diferencia habría en soñarte, imaginarte, pensarte, saberte allí si no existieras?
y si existieras fuera de mí y de mi alcance, acaso te extrañaría?,
acaso soñaría el hueco dejado por tu ausencia?,
acaso me aferraría a una sonrisa nunca vista ni querida o a tanta tristeza y espanto?

Es curioso, creo que sí!!!
No porque sea una persona acostumbrada a extrañar, sino por esta cosa que tengo de ver los huecos, los saltos de púa, las notas faltantes de la melodía, y creéme mi querida, que sin vos, la canción otra sería…
para eso te hizo Dios padre, para darle un sentido particular a su sinfonía, ínfimo, imperceptible, inmediato y fugaz, si, tal vez… sin duda… pero necesario para construir este rompecabezas fundamental cuya pieza menor y más humilde tiene la grandeza de ser única y completa el diagrama y no puede ser reemplazada, ni debe serlo….

Creo, siento, que es posible haberte inventado a partir de unos cuantos deseos, de unos cuantos sentimientos, de mucha luz, de algo de ternura, y de cantidades ingentes de magia...

recuerdo un teorema que demostraba que si un cuerpo matemático puede ser descripto entonces en la realidad existe...
cuan exquisita debería ser la matemática que pudiera describir ese dejo de tristeza que se trasluce en tu mirada?
que sistema de ecuaciones dejaría entrever la variable que vibra con una esperanza sutil pero evidente en un giro, en una expresión de tus crónicas y tropiezos?...
No lo sé precisamente, inequívocamente, sin lugar a dudas no lo sé... pero que importa...?
Qué importa si apareces de la nada como el recuerdo de un sueño soñado en la infancia o en el principio de los tiempos?
como sin poder reconocer que es memoria y que es anhelo?

Qué importa si te he construido silenciosamente, con preciosista cuidado de no dejar huella de mí en tí para no dudar luego?
Qué más dá que me estés soñando en una corriente de dudas?
O que sueñes que sueño que te soñé? qué mas dá?

No todo laberinto parece uno!!!
No todo cadáver está muerto aún o para siempre!!!
Es maravilloso haber llegado al punto de dudar si te imagino, me imaginas, nos imaginan o simplemente somos...
Es maravilloso no saber todo sobre algo que sabemos...

Sería terrible para mí no saber que te echo de menos aunque jamás te conoceré...
porque tu eres un otro yo distinto a mí...
que me devuelve el otro lado de la luna que nunca veré pero sé….

Namaste!!!
nada es necesario, hasta que te das cuenta que lo necesitas, ni siquiera uno mismo...
Aqui estoy… casi siempre…
esperándote... sin esperarte...

Luces...


Vago en la noche solitaria...
Tengo a Sirio, Orión, Rigel y Betelgueuse...
No la veo pero sé que Aldebarán está más o menos en aquella dirección...
Los tuaregs y los druidas alguna vez también las tuvieron y las siguieron como nortes en llamas...
egipcios e incas también les cantaron, y calcularon sus movimientos porque sabían que el universo es sólo un reflejo de nuestro ser...
qué me falta? que más me falta?
que llevo de más? que no necesito ni necesité?
tantas cosas!!!
un apego que siempre supo a miedo...
un recuerdo que me encadenó a una memoria innecesaria...
una mirada que estaba y luego no, con cada parpadeo...
un sabor en mi boca que retengo y ya no sé de donde ni de cuando...
No!, seguramente estamos hechos de otras tramas, como una fibra que se texturiza y se trenza en los eones y forma la verdadera historia de las historias...
No hay presidios sin presos y muchas veces no se necesitan guardias para que haya presos...
La trama de acero es, casi siempre, simplemente por creerla y crearla en consecuencia...
El cepo lleva nuestro nombre mucho más evidentemente de lo que retiene nuestros pies...
Los grilletes son del exacto color de nuestros ojos... ni un pixel más oscuros...
El recuerdo es tan plástico como el metal en un choque a alta velocidad...

y la melancolía muchas veces se escribe con un chirriar de frenos ante el accidente inevitable...
Tengo Alfa-cruxis y delta-erinae, dos puntitos que albergan millones de explosiones termonucleares por segundo,

pero claro, son otros segundos, no los míos, aún no...
En algún cielo que aún no identifico pero ya intuyo, una pequeña pero innegable luz parpadea, como una flor que tiembla con la brisa de la mañana... y esta bien... aunque no parezca, porque de alguna manera el temblor indica al menos dos cosas, que no está aislada de su medio aunque pueda parecer desfavorable ahora... y que lejos del rigor mortis, aún resiste... y comiennza a palpitar el vivir la historia….
Todos estamos muriendo mientras nos preparamos para renacer...
Todo tiene un para qué, y la gracia está en seguirle la pista hasta el Estado de Gracia,

esto es mucho más importante que una buena respuesta... es una buena pregunta...
Tengo a Cignus etanine, tengo a Alfa centauri...
que más necesito si me tengo a mí? qué me alcanzaría si no me tuviera?


una luz alcanzaría
para iluminar el impenetrable infinito
si todas las estrellas se extinguieran...
no sería bueno ser parte de esa luz?

Jorge

Danza en la lluvia de una mujer que tal vez sea...


Simplemente navegando la noche te ví en este rincón de la realidad (aunque sea virtual, aunque no seas vos de verdad, que importa?) y decidí escribirle no sólo a la niña hermosa (casi toda persona es niño de alguna forma con la sola condición de seguir respirando sin preguntarse si el aire alcanzará, como casi toda persona es hermosa de alguna manera por el mero hecho de tener el coraje de seguir soñando) sino a esa mirada un poco triste (?) que parece estar más allá de tu sonrisa, de tus ojos pícaros y un desafiantes...

La imagen que elegimos para mostrar es en parte lo que somos en parte lo que quisieramos ser y no nos atrevemos...

Como todo, estas líneas también tienen un para qué, aunque sólo sea lanzar un mensaje en una botella, sin espectativas de respuesta, aunque sólo sea el deseo de decir "hola" y mantener la esperanza (cándida e inocente como toda esperanza que se precie) que de alguna forma llegue a alguna playa donde alguien simplemente esté esperando algo, la marea o una señal... porque sí, porque se puede decir hola sin esperar nada a cambio...

Yo?, nada, simplemente una parte de este aquí y ahora, tal vez la ola que empuja la botella o el mensaje dentro, vos? la otra parte, tal vez la playa, la espera o la nada de una meta que no se sabe destino aún...

un beso a tu mirada, la de niña y la otra...

Jor

Milonga de una sola noche….


Las alondras se habían ido a dormir sus sueños de águilas
y el silencio de la calle lateral solo era interrumpido por algún bondi fantasmal con su carga de pasajeros trasnochados al menos hasta el cambio de sección…
un fuelle rezongaba en la distancia, pero esa noche la distancia no tenía cabida, quedaba ahogada en las cercanías establecidas, malbec por medio y restos de alguna carne que ya era digerida o en proceso de convertirse en sangre de cada uno...
la mirada feroz dibujaba firuletes mientras la risita nerviosa acomodaba percales de otras vidas, faltó el malvón y la madreselva a la cita pero la miraba de ella, que fugaba y volvía, dibujaba la silueta de una flor, faltó el chambergo perdido en alguna curva del tranvía, pero el ceño fruncido se hizo cargo del valor del ala ancha... no había por cierto ningún facón, con la única excepción del verbo afilado que no buscaba sangre ni cicatriz, pero que podía señalar directamente al corazón...
No hubo milonga ni coro vitoreando la ocurrente frase ni la pierna improvisando un paso de salón, pero la silla se volvía un candombe donde quedarse quieta le resultaba imposible, casi como hacerlo frente al ritmo y la cadencia orillera... imposible...
Las oscuras y mágicas aguas que daban cuerpo a la isla maciel danzaban al ritmo extraño del desconocido que pitaba el faso desdibujando el rostro y definiendo la efigie a la vez en las volutas del humo denso y el aroma acre...
un carro trinando en el empedrado no hubiese sido del todo inoportuno, pero lo suplantó el tintineo de monedas en el bolsillo en el ida y vuelta del viejo mozo que entre sonrisa y risa recordaba que todo tiene un final...
la extravagancia de la noche hizo de violín chillón de milonga sureña, y fué pérgola la extensa noche estrellada
las luciérnagas curiosas se vistieron de chinches verdes en el total desplazamiento de circunstancias que disfrazaron el cafetín por parrilla, la ginebra por el vino, el sainete por las historias, el pañuelo de seda por la servilleta bordó, la estocada por la pregunta con respuesta postergada, el corte y la quebrada por miradas que se cruzan y descruzan, como un fileteado que en lugar de embellecer el sulki o el mateo, quedó plasmado en una serie de frases significativas como congelando el tiempo y acelerando el reloj...
los negros orientales se transformaron al tiempo en una barrita de chicos riendo sus adolescencias, la copa apurada quedó en una cerveza apenas bebida, el mozo de caballeriza un rostro sin nombre con franelita intentando acomodar los escasos autos, el paredón del sur mágicamente transformado en plaza... la luna no rodó por callao pero los recuerdos inexplicables se derramaron por la mejilla del él y ella hecho mano de su mirada tierna antes que su razón esfumara el momento...
los taitas en sus faroles, se tornaron en unos pendex esperando en la escalera...
todo fué transformado, nada quedó igual aunque el polaco no supiera como tomarlo...
el tiempo en un último intento permisivo, dejó igual lo que siempre es igual en toda noche urbana,
la despedida... sin traiciones ni juramentos, sin botellas donde encontrar ningún olvido ni olvidar ningún encuentro, sin derrumbes emocionales ni lagrimones sin un tercero vil, pero con la clara sensación... te dejo aquí.. me voy...
nada es para siempre, aunque algunas veces las horas tienen vocación de eternidad...

Hasta la próxima noche o la próxima vida…

O hasta que la vitrola rezongue otra milonga…

Despertar cotidiano…


Un largo hola que ha llevado cientos de mensajes al viento en la estéril planicie de este espacio, tiene múltiples “para qué” en su destino, un para que grita con voz ahogada "aquí estoy" entre miles de silencios ensordecedores...
un para que pone la gota justa de humedad sobre el brote que aún sin haber visto la luz del sol sabe por las estrellas de su vocación de infinita diversidad...
un para que arremete contra el gris monótono de smog que todo lo cubre y que nada salva, como un pequeño rayo de luz que se abre camino entre tanta tiniebla...
Un lento devenir que tiene vocación de los movimientos continentales, erige la montaña que algunos escalarán mientras otros temerán y muchos simplemente ignorarán porque esa es la naturaleza de la especie, aunque esa no sea la especie ni la simiente...
Un dulce despertar cuando los duendes y las ninfas aún son cosa segura pero menos evidentes que la pesadez del ambiente y menos presentes que la bruma de la mente que lucha por mantener el paraíso recién perdido mientras ya la ambición se aferra a la tarea sinsentido de ganar el día...
Un melancólico recuerdo de estrellas y galaxias que de pronto no caben en la habitación de 2.5 por 3, ni en el colchón hundido por la concretud del cuerpo que minutos atrás era sólo un soplido de fuego en el espacio infinito...
En lo profundo del silencio que continúa al despertar en un mar de adoquines que ahora se transforma en una sábana enrollada entre las piernas, recuerdo un destino de grandeza que se diluye lentamente en la dulce seducción de lo cotidiano como un largo suspiro de mujer que nos dice que todo está donde debe estar y todo es como debe ser, aunque esa voz melancólica susurra que hay más, que más allá de las horas existe un tiempo sin tiempo, que más allá de la cama y la oficina vastos campos de nebulosas se extienden ahí nomás, al alcance de nuestra voluntad...
Todo se derrumba en el glorioso y terrible despliegue de la realidad de cada día y las catacumbas adoptan formas de glamorosos eventos en ámbitos decorados de cartón pintado que cree que es mármol o acero o animal print...
Y caemos una vez más en la rutina con espíritu de reto, donde la hermosa cascada oculta la canilla oxidada que tanto le da vida como la puede quitar con un giro desaprensivo...

Y en el fondo, en el segundo plano, casi desenfocado contra tanta cáscara y alharaca, el largo, lento, dulce y melancólico recuerdo de una mirada, un poco triste, un poco cansado pero indudablemente profundo, noble, tenaz, tímido, vigoroso, dubitativo, amoroso, firme, presente y personal como para sostenerme un algo más, un minuto, un siglo, que importa... entre la informe multitud de nadas hay un algo fuerte y vital que avanza y retrocede pero que innegablemente está vivo y presente más allá del nombre que le ponga...

El barrio no es el centro del universo, pero podría…


Es cierto, vivo y transito cerca de la esquina Corrientes y Canning, en un barrio extraño y bohemio llamado Villa Crespo, cuna de idealistas e intelectuales, enriquecido de decenas de corrientes trashumantes de inmigrantes, tanos, judíos, coreanos, peruanos, chinos, bolivianos, que aportan un colorido interesante e incesante al barrio, aunque doña Rosa tema ser secuestrada, violada, drogada, estafada, envenenada, engañada, excluida, obligada a hablar más lento y más repetidamente para que el minimercadista entienda que no quiere “lleva la supelofleta” del día o de la noche o lo que quedó de la semana pasada o que todo es leche, pero Parmalat no es lo mismo que Cabaña de Seul pasteurizada a las patadas...
Es cierto en mis propias apariciones y desvaríos he visto el espectro de un turista yanqui intentando capturar con su cámara fantasmagórica la luz que irradiaba un niño de zapatillas limpias que intentaba vencer el pudor de mirar a los ojos bellos y tristes de un ángel que invocaba en una esquina el valor gemátrico y numerológico del mágico "168" que es un seis que viene de un quince y provoca que los ancianos sabios dejen por un instante sus ermitas para contemplar tal potestad...
Es cierto, he visto como el rayo verde de la esperanza acorazaba a un niño que fué enviado como cordero entre los lobos para manifestar la voluntad de cumplir con su designio y completar su aprendizaje...
Es cierto, el círculo está intacto en alguna dimensión y sólo quienes se elijen a sí mismos para la heroica empresa de seguir respirando en estas tierras tendrán la oportunidad y la dicha de cerrarlo también en este plano... uniendo en el proceso, y tan solo por instante para la eternidad toda, un pedacito de tierra con un pedacito de cielo, tal como la pequeña obra así lo implica...
Es cierto, la mística y la magia que el hombre tanto teme y desconoce, a veces pasa simplemente por animarse a levantar la vista y observar... porque aquel que encuentra maravillas en la parada de un colectivo en alguna esquina de un barrio cualquiera en una noche sin importancia de un país indiferente en un mundo como un grano de arena perdido en un brazo secundario de una galaxia como tantas otras... no está perdido en absoluto, sino que ha encontrado una frase en el libro de los misterios y habrá ganado un lugar en el devenir de la existencia...

pero tal vez es más simple dejarlo en una pequeña promesa... si decides levantar la cabeza y buscar mi mirada, la sostendré, te la devolveré y no desapareceré... ángel, espectro, ilusión, desvarío, maestro, visión, sombra, hermano mayor, amante o esperanza... que importa?
Qué importa en que punto, entre los matemáticamente infinitos posibles, se cierre el círculo?
Ya hemos sido tantas cosas!!!
Tal vez, por una vez, podamos elegir hacia donde mirar...

sin esperar nada específico que ver…

Jorge

Memorias....


Creo recordar un tiempo sin tiempo en un lugar sin espacio donde una voz sin boca se dejaba oir en mis oídos inexistentes... "tienes que ir para poder comprender"... creo seguir escuchando en mi memoria imperfecta...
Creo recordar, sin esta mente neuronal, el descenso, como un arco de plata dibujado en un mediodía que lo volvía invisible... y caía sin peso, sin apuro y sin miedo... solo sentía esa oportunidad que estaba por parirme para poder comprender...
Creo recordar el lento y largo aprendizaje de cada dendrita y cada axón, de cada fibra muscular y el innegociable equilibrio tan emocionante como exigente... y cada palabra, en donde tendría algún sentido, a quien o cuando...
Creo recordar la inmensa sorpresa del caudaloso río de sensaciones despertadas por un sentimiento que hacía eco contra el cuerpo, contra esta pequeña mente individual y desconectada, placer y displacer al principio y todo un abanico cada vez más complejo y completo a cada paso... si es que es posible de completar alguna vez de algún modo...
Creo recordar esa vieja e intemporal sensación de ser un espía, un extraño, un visitante, urgido por aprender los códigos, los gajes, los movimientos para ser menos notorio entre los locales...
Creo recordar la satisfacción y el orgullo de no ser un espectro, un extravagante, un desubicado como recompensa de tanto esfuerzo para aprender la jerga, la trama y el hilo...
Creo recordar que tuve como dos o tres años de todo eso... cuatro a lo sumo... y después el tremendo fracaso de ya no aparentar ser uno más...
Creo recordar las miradas y los comentarios, los diagnósticos de feria y las filosofías de almacén...
Creo recordar que tuve que buscarle la vuelta para desandar el otrora prometedor camino, para volver y devolver la cultura, la sociedad, la sapiencia que había robado, copiado, plagiado para poder comprender...
Y creo entender que aún sigo desandando ese camino, y sigo entendiendo el porque, sigo pensando en el tremendo fracaso pero no tanto, he encontrado algo que demanda de todo mi tiempo y la mayor parte de mi esfuerzo, he encontrado algo que aún no sé muy bien que es... llamemósle Jorge por ahora hasta tener más información y sensaciones...
Espero ser un mejor espía de mismo... para poder comprender...

Jorge, momentáneamente...

Como un sueño....

La noche cae tardíamente en la ciudad...
en algunas calles la gente sin rostro o sin expresión
deambula su incansable trajín de los que caminan sin rumbo, casi sin saber que caminan...
La ciudad, enorme, solitaria, engulle al gentío
agregándolo a la bruma tensa de los sin nombre
como intentando rescatar la historia del sinsentido,
cubriéndolo con un manto de silencio en el atropellado griterío anterior...
Camino yo también, o navego? pareciera que floto con pie liviano en el incesante laberinto de una ciudad que no duerme y por lo tanto no sueña más allá de lo ilusorio o del desvarío del parecer y del tener...

Y así marcho... con la mirada registrando cada rincón, ubicuamente, como para no perderme de nada, encontrando migajas de sentido, hilachas de un norte en el revoltijo disimulado de las marquesinas, en el aparente rumbo de la vorágine que todo lo pide y todo lo traga, todo...

pero que nada a cambio, sólo lejanías y alguna que otra soledad de segunda mano...
Solo con mis sueños, mi latir impertinente y osado, que se revela ante el silencio dominante del barullo, y mi ritual sin lugares comunes...

El encendedor se abre nuevamente con su característico sonido metálico, y a veces se dispara en el silencio del bullicio que nada dice, como una espada abandonando su funda y buscando la batalla, pero nada, no hay contra quien combatir, no hay sangre digna de ser derramada o bendecida o recordada...
El humo del cigarrillo recién encendido se eleva en el pesado aire del ambiente tapando en cada voluta las exiguas siluetas de cartón... escenografía que cree ser vida y ni siquiera es escenario...


Y sólo un instante antes de disolverse en el eterno gris de la muchedumbre, la voluta se detiene en un giro inesperado pero siempre anhelado, deteniéndolo todo... otro tiempo se ha disparado, en otro lugar...

Y así el metálico sonido, y la voluta inconclusa, se mezclan en la mente del extraño como en un recuerdo apenas aprehensible del antiguo templo donde las cabezas rapadas y las túnicas azafrán se hundían en el sonido casi irreal del mantra repetido...
El repiqueteo de las ruedas de oraciones llena el ámbito más allá de los rezos, los enormes cilindros giran en sus ejes desgatados untados en grasa de yak, los caracteres sánscritos parecen desenvolverse en la atmósfera cargada de incienso y mirra, de especies y de té que lleva hirviendo por siglos... esperando el sorbo que le dé un sentido a su espera y un destino a su esencia...
Es entonces que la figura de una mujer apenas envuelta en promesas atraviesa el milenario pasillo central del templo, con un paso temeroso pero acompasado, como si no acertara a encontrar aquello que no sabe aún que busca...
Su silueta femenina, curvilínea, se expande y se contrae en un palpitar que anhela el horizonte, como un camino de muchas vueltas, con la promesa de pasadizos secretos y laberintos por descubrir y recorrer, y tal vez algún atajo inconducente que, sin embargo, seguramente alberga senderos apacibles entre bosques encantados de hadas y duendes donde los demonios fisgonean pero no tiene cabida, donde todo sea un deleite aunque sea transitar un dolor, como lo es el paso lento del descubrimiento de algo maravilloso por venir... aún promesa o tal vez fantasía... que importa?

La bruma del templo no atina a ocultar la insinuada curva de una sonrisa que adivina y que tal vez sabe, que lo imprevisto y lo sorprendente a veces forman parte de lo cotidiano aunque sea en un sueño maravilloso...
Las cejas enarcadas sobre la algo triste pero dulce y profunda mirada de la mujer, ponen marco a la sorpresa, más que a la búsqueda... haciendo que la cara brille con un aire fuerte y misterioso... como el cielo desconocido que sus ojos parecen imitar o al menos prometer...
Toda ella es un sueño de expresión y libertad, que tal vez tomó prestadas las notas de las esferas para manifestarse en el sutil mundo de la ensoñación... o tal vez solo sea mi anhelo... si he de soñar, soñaré bien… vale!
Un aura rodeando su cabeza parece revelar la valiosa naturaleza de lo que encarna, así como lo ratifica el cálido brillo de su corazón...
Se abre paso lentamente entre olas de oraciones ininteligibles de tanta repetición, como un mascarón de proa que señala el rumbo y la determinación del camino, toda gracia y fuerza como si realmente sostuviera entre sus brazos la nave entera, como si tirara de ella en lugar de ser llevada...

El extraño la contempla casi sin respirar, tal vez temiendo que cualquier movimiento desvanezca la visión...
sólo atina a decir en un murmullo quedo, apenas audible a través del cigarrillo olvidado hace rato en sus labios que apenas sonríen...

no sabía que te buscaba, pero te encontré...

La ruedas de oraciones giran y giran en su interminable traqueteo, tal vez impulsadas por una mano tan eterna como misteriosa... formando las plegarias, los deseos, los compromisos, los miedos y los empeños de quien quiera escucharlas y sepa descifrarlas...

La visión se desvanece finalmente, el tiempo recobra su incansable ritmo, la muchedumbre continúa su escape de sí misma estando por todos lados para no estar en ninguno...
Los sonidos del murmullo multiplicado se confunden con mil tonos eléctricos, inhumanos, como aquellos rumores de lo que no importa, porque el sonido no identifica ni el afecto, ni el contenido, ni el vínculo, no al menos este, solo es ruido blanco...

El extraño sonríe como si alguna capa profunda de su conciencia hubiera captado el sánscrito sagrado de la oración convertido en giro por alguna mano anónima...
y traduce con una sonrisa apenas perceptible mientras enciende otro cigarrillo como para acompañar el susurro de las musas que ponen tono a unas pocas palabras...
"Hola, soy Jorge, ya sé quien sos ... aunque no te conozca..."

El cansancio y lo inconcluso...


El cansancio y lo inconcluso... puede que para muchos suene como una mala combinación, puede que para algunos sea sinónimo y signo de malas compañías... y sin embargo... hay cansancios que sólo enaltecen lo hecho... hay esperanzas en muchas cuestiones inconclusas... Más allá de esta modernidad que todo lo mide y todo lo pesa... existen realidades donde el acento está puesto en el intento, en lo que falta, en la promesa, en la camiseta transpirada en lugar del podio alcanzado... Sé, como todo lo poco que sé por experiencia propia, que es difícil surfear la incertidumbre que propone la esperanza o el sueño que se sabe sueño aún.. pero ay! que triste y que poco que se recoge de los "logros" auspiciados por otros, que pena la del control de mis días y noches, que basto es lo alcanzado comparado con lo vasto de lo no logrado aún... pero intentado... aún simplemente desde el anhelo… Hay cierto honor en el cansancio, como un decir: yo, que no pude, hice esto y hasta aquí llegué, no por falta de coraje, sino por la grandeza del intento desde mi pequeñez... hay una inabarcable noche por cruzar, y heme aquí, con mi trémula vela encendida, tratando de iluminar lo inconmensurable, logrando ver sólo la pequeña roca donde estoy parado en tanta lejanía... mi única certeza es mi propia compañía, pequeña, imperfecta, insuficiente, pero tan mía....
Jor

Ida y vuelta a casa...


A veces, ansío desesperadamente la llegada de la noche...
el silencio santo del manto de estrellas que me invita a dejar atrás el mar de adoquines en el cual intento mantenerme a flote durante la vigilia... día tras día…
el brillo inabarcable de la furia liberada en los hornos atómicos de las estrellas, contra lo que mido todo esplendor, contra lo que contrasto toda importancia, esa eternidad tangible contra la cual, todo lo humanamente urgente, se estrella y pulveriza...
A veces ansío ese momento en el crepúsculo de la mente consiente donde aún registro la concretud del día y ya adivino la sutileza de la noche...
Tanto como retraso el amanecer de la conciencia que borra toda huella del alma libre...
Pero es entre esa eternidad sin tiempo, entre el crepúsculo y el amanecer del tirano tiempo, que siento volver a mi hogar, a mi espacio, a mi eje... donde yo también soy un atanor donde arde el fuego sagrado del inevitable destino de perdurar...
donde soy el que anticipa lo sabido, lo creído y lo sentido, e íntimamente sé que ni siquiera el cielo es un límite...
Es esa sensación, o el recuerdo de esa sensación de libertad ilimitada e incondicional la que mantiene en pie mi existencia... esa furia atemporal de energía la que mueve mis músculos y penosamente me arrastra por los días...
Esa gloria celestial que mantiene un norte verdadero aún cuando el mundo insista en ponerse de cabeza...
Eso y algunas pequeñas cosas que atesoro...
como algún pequeño reflejo en la superficie del granito más implacable...
o una flor que resiste en la vasta aridez de lo cotidiano...
La promesa incierta de que algún día sabré que sonríes... aunque no sepa quien eres...
La delicada levedad de algún cabello atrapado en la brisa...
Una fugaz mirada cómplice...
La esperanza de la luz jugando en tus ojos...
aunque no sea yo la visión que buscan...
Unos labios apenas abiertos...
el sonido de una lengua chasqueando quedamente una melodía contra los dientes de perla...
La curvatura insinuada de un muslo bajo sábanas azules...
y tal vez todo sea sólo un sueño...
o un truco de la mente para mantenerse a salvo de tanto sin sentido...
pero que importa? no es cierto?
más importante que lo que sabemos es aquello que creemos...
y para creer no hace falta casi nada...
solo un creyente...

Vida! Hoy elijo ponerte forma de mujer, porque de algún modo me resulta más fácil enfocar mi amor de esta forma…
Tengo tanto que aprender aún, es maravilloso!!!


Jorge