jueves, 5 de febrero de 2009

El barrio no es el centro del universo, pero podría…


Es cierto, vivo y transito cerca de la esquina Corrientes y Canning, en un barrio extraño y bohemio llamado Villa Crespo, cuna de idealistas e intelectuales, enriquecido de decenas de corrientes trashumantes de inmigrantes, tanos, judíos, coreanos, peruanos, chinos, bolivianos, que aportan un colorido interesante e incesante al barrio, aunque doña Rosa tema ser secuestrada, violada, drogada, estafada, envenenada, engañada, excluida, obligada a hablar más lento y más repetidamente para que el minimercadista entienda que no quiere “lleva la supelofleta” del día o de la noche o lo que quedó de la semana pasada o que todo es leche, pero Parmalat no es lo mismo que Cabaña de Seul pasteurizada a las patadas...
Es cierto en mis propias apariciones y desvaríos he visto el espectro de un turista yanqui intentando capturar con su cámara fantasmagórica la luz que irradiaba un niño de zapatillas limpias que intentaba vencer el pudor de mirar a los ojos bellos y tristes de un ángel que invocaba en una esquina el valor gemátrico y numerológico del mágico "168" que es un seis que viene de un quince y provoca que los ancianos sabios dejen por un instante sus ermitas para contemplar tal potestad...
Es cierto, he visto como el rayo verde de la esperanza acorazaba a un niño que fué enviado como cordero entre los lobos para manifestar la voluntad de cumplir con su designio y completar su aprendizaje...
Es cierto, el círculo está intacto en alguna dimensión y sólo quienes se elijen a sí mismos para la heroica empresa de seguir respirando en estas tierras tendrán la oportunidad y la dicha de cerrarlo también en este plano... uniendo en el proceso, y tan solo por instante para la eternidad toda, un pedacito de tierra con un pedacito de cielo, tal como la pequeña obra así lo implica...
Es cierto, la mística y la magia que el hombre tanto teme y desconoce, a veces pasa simplemente por animarse a levantar la vista y observar... porque aquel que encuentra maravillas en la parada de un colectivo en alguna esquina de un barrio cualquiera en una noche sin importancia de un país indiferente en un mundo como un grano de arena perdido en un brazo secundario de una galaxia como tantas otras... no está perdido en absoluto, sino que ha encontrado una frase en el libro de los misterios y habrá ganado un lugar en el devenir de la existencia...

pero tal vez es más simple dejarlo en una pequeña promesa... si decides levantar la cabeza y buscar mi mirada, la sostendré, te la devolveré y no desapareceré... ángel, espectro, ilusión, desvarío, maestro, visión, sombra, hermano mayor, amante o esperanza... que importa?
Qué importa en que punto, entre los matemáticamente infinitos posibles, se cierre el círculo?
Ya hemos sido tantas cosas!!!
Tal vez, por una vez, podamos elegir hacia donde mirar...

sin esperar nada específico que ver…

Jorge

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