jueves, 5 de febrero de 2009

Ida y vuelta a casa...


A veces, ansío desesperadamente la llegada de la noche...
el silencio santo del manto de estrellas que me invita a dejar atrás el mar de adoquines en el cual intento mantenerme a flote durante la vigilia... día tras día…
el brillo inabarcable de la furia liberada en los hornos atómicos de las estrellas, contra lo que mido todo esplendor, contra lo que contrasto toda importancia, esa eternidad tangible contra la cual, todo lo humanamente urgente, se estrella y pulveriza...
A veces ansío ese momento en el crepúsculo de la mente consiente donde aún registro la concretud del día y ya adivino la sutileza de la noche...
Tanto como retraso el amanecer de la conciencia que borra toda huella del alma libre...
Pero es entre esa eternidad sin tiempo, entre el crepúsculo y el amanecer del tirano tiempo, que siento volver a mi hogar, a mi espacio, a mi eje... donde yo también soy un atanor donde arde el fuego sagrado del inevitable destino de perdurar...
donde soy el que anticipa lo sabido, lo creído y lo sentido, e íntimamente sé que ni siquiera el cielo es un límite...
Es esa sensación, o el recuerdo de esa sensación de libertad ilimitada e incondicional la que mantiene en pie mi existencia... esa furia atemporal de energía la que mueve mis músculos y penosamente me arrastra por los días...
Esa gloria celestial que mantiene un norte verdadero aún cuando el mundo insista en ponerse de cabeza...
Eso y algunas pequeñas cosas que atesoro...
como algún pequeño reflejo en la superficie del granito más implacable...
o una flor que resiste en la vasta aridez de lo cotidiano...
La promesa incierta de que algún día sabré que sonríes... aunque no sepa quien eres...
La delicada levedad de algún cabello atrapado en la brisa...
Una fugaz mirada cómplice...
La esperanza de la luz jugando en tus ojos...
aunque no sea yo la visión que buscan...
Unos labios apenas abiertos...
el sonido de una lengua chasqueando quedamente una melodía contra los dientes de perla...
La curvatura insinuada de un muslo bajo sábanas azules...
y tal vez todo sea sólo un sueño...
o un truco de la mente para mantenerse a salvo de tanto sin sentido...
pero que importa? no es cierto?
más importante que lo que sabemos es aquello que creemos...
y para creer no hace falta casi nada...
solo un creyente...

Vida! Hoy elijo ponerte forma de mujer, porque de algún modo me resulta más fácil enfocar mi amor de esta forma…
Tengo tanto que aprender aún, es maravilloso!!!


Jorge

1 comentario:

  1. Jorge: Los devenires de esta vida nos harán encontrar en otros planos. Anoche emprendiste un camino distinto, deseo te encuentres con tu libertad mas anhelada. No te olvidaré. Recibe todo mi cariño y mi admiración. Esperame.Peke

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